La propuesta de construir en España, bajo licencia Breguet, el primer avión metálico diseñado en Europa fue calificada en el sector como una locura. Ortiz-Echagüe llevaba años perfilando su plan de iniciar una nueva empresa de construcción aeronáutica; la ocasión perfecta apareció con la convocatoria del concurso para proveer de nuevos modelos de aviones a la Aeronáutica Militar, celebrado a comienzos de 1923. La idea mas extendida es que comenzó sus conversaciones con la casa Breguet durante la misma celebración de las pruebas y allí mismo consiguió apalabrar cierto compromiso con el fabricante francés para que permitiera la construcción de sus aparatos en el taller que tenía en el Cerro de la Plata. Sin embargo pronto se dio cuenta que ni el lugar ni las dimensiones de su empresa eran idóneas para un negocio de estas características; era necesario construir una nueva sociedad mas potente que estuviera respaldada por apoyos financieros de cierta envergadura, cosa nada fácil de conseguir en un momento económico crítico para España.
En las circunstancias de cambio y tensión para el país, debido sobre todo a la propia tensión política y pre-bélica en Europa y España, nació Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA). En su Escritura de Constitución otorgada ante el Notario de Madrid D. José Toral y Sacristán el 2 de Marzo de 1923 (foto), se especifica que su objeto social era "la construcción y reparación de toda clase de material relacionado con la aviación y el automovilismo dentro de los talleres que al objeto se constituyan, auxiliandose de elementos ajenos a la sociedad que se estimen convenientes". Mas adelante se indica que también pueden dedicarse a toda clase de operaciones similares o derivadas que contribuyan al mayor desarrollo de la Sociedad, como por ejemplo la explotación de líneas de trafico aéreo, escuelas de pilotaje y otras análogas; no se quería dejar ningún cabo suelto en los negocios aeronáuticos de la época; muy importante en un país donde casi todo estaba por hacer en ese sentido.
El capital social de CASA fue fijado en 1.500.000 pesetas, representado por 3000 acciones con un valor de 500 pesetas cada una. Se acordó que la duración de la nueva Sociedad fuera indefinida y su domicilio se ubicó en la calle Villalar nº 1 de Madrid.
Tal y como se reflejaba en el cuadro de accionistas de la época el principal socio capitalista de Construcciones Aeronáuticas era la Sociedad Electromecánica de Cataluña, empresa creada en Diciembre de 1918 por José Ortiz-Echagüe con el apoyo de varios accionistas y banqueros. Entre los accionistas privados destacaba la aportación de Ramón Illarramendi y Lecuona, empresario guipuzcoano del ramo de construcciones metálicas en Rentería, principalmente la fundición de piezas de hierro colado y la elaboración de aleaciones no férricas, el mecanizado de piezas y la reparación y construcción de máquinas y herramientas de diverso tipo; empresa que después tuvo que disolverse y parte del capital que se salvó lo invirtió en CASA.
En sus orígenes la principal preocupación fue la adquisición de terrenos adecuados para instalar los hangares y las naves de construcción y montaje de los aparatos que había apalabrado con la casa Breguet; el lugar escogido se situó en Getafe, en un paraje estratégico que quedaba a medio camino entre el Aeródromo Militar recientemente habilitado y la línea férrea Madrid-Alicante; la construcción del Aeródromo Militar había suscitado el nacimiento de una incipiente industria de suministros aeronáuticos en sus alrededores, circunstancia que CASA no quiso desaprovechar.
(para saber mas ver el libro: Ortíz-Echagüe; El empresario fotógrafo)